Hoy se celebra en medio mundo el día del Libro, por eso nosotros vamos a celebrarlo... no abriendo ninguno. Y es que, los pobrecitos, merecen un descanso.
Siempre están ahí (bueno, casi siempre, hay veces que justo el que buscas no aparece), ofreciéndonos toda su sabiduría y todo su entretenimiento, nunca nos fallan. Nunca nos niegan su palabra.
Y mira que muchas veces los torturamos doblando sus esquinas para marcar por donde vamos (¿es que no nos damos cuenta de lo que sufren?); o los ensuciamos con las gotas de grasa que se nos caen del bocata de chorizo y tienen que cargar toda su vida con esas manchas; o los maltratamos subrayándolos sin ninguna delicadeza, en plan bestia, con los colores más chillones de nuestro estuche; o, y esto sí que tiene que ser una tortura para ellos, les colocamos una camisa de plástico con la idea de protegerles, ¿a vosotros os gustaría vestir con una camisa de plástico, con el calor que tiene quedar? Por no hablar de cuando les dejamos olvidados en cualquier lugar: ¿quién los recogerá?, ¿caerán en buenas manos?, ¿acabarán en la papelera más cercana?, ¿los usarán para encender algún fuego?, ¿acabarán en buenas manos, en unas manos cariñosas que sepan acariciarlos al pasar sus hojas?...
Por todo eso, hemos decidido darles un merecido día de descanso, y para no caer en la tentación de abrir ninguno, nos iremos de excursión lejos, muy lejos de don de ellos están. Nos iremos a que nos enseñen a leer la Naturaleza, pues si aprendemos a leerla, nos podrá enseñar todo lo que ella sabe, como los libros. FIN.
Y si sientes curiosidad por saber por qué mañana se celebra el Día del Libro, puedes pasarte por la entrada de hace justamente un año, allí te cuento algunos detalles:
Imagen cogida de la Wikipedia.
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